4/10/11
La experiencia en Danzamerica
Fue extremadamente positiva, pero debo decirlo también, extremadamente agotadora. Llegamos el Sábado a las 9 de la mañana a Carlos Paz. Hostel genial, aunque nunca conocimos a una persona que trabajara en él. Recorrimos todo Carlos Paz, visitamos la casita de Casper, tomamos sol, mate y comimos muchísimas golosinas en una hermosa terraza. Domingo de certamen. Nos levantamos a las 6 de la mañana, aunque deberíamos habernos levantado a las 7 . Blackberries que actualizan la hora automáticamente hicieron que discutiéramos durante 20 minutos si eran las 6 o las 7. Eran las 7, pero ya estábamos despiertas. 8 de la mañana acreditación en el teatro. Publican el orden de participación. Empezaba el número 915, nosotras eramos el número 1144, 1148, 1152, 1172 y 1187. El certamen empezaba a las 11 de la mañana, nuestro horario aproximado de participación: 11 de la noche. Nos fuimos a dormir. Nos levantamos al mediodía, salimos a almorzar. Las llaves del hostel quedaron adentro del hostel, no podíamos entrar. Todo nuestro vestuario, maquillaje y documentación del certamen estaba encerrado en el hostel. Una de las bailarinas decide que puede subirse con una escalera y saltar por la ventana de la cocina que podía abrirse. Se sube más o menos 3 metros, hace un plie y salta, y se desliza de cabeza dentro del hostel. nos abre la puerta. Se hace dos brutos moretones en las piernas. Y todavía no estábamos ni cercanos al horario de empezar a prepararnos para bailar. Almuerzo. Volvimos. Mate en la terraza. Varios incidentes domésticos. Seguíamos solas en el hostel. Alrededor de las 8 vamos al teatro, y nos dimos cuenta que faltaban más horas de las que pensábamos. Miramos bastante del certamen. Muchas coreos geniales, muchas otras no. Pero muchas buenas ideas arriba de un escenario. Mucha gente talentosa y por sobre todas las cosas, mucho amor a la danza. A las 11 nos fuimos a cenar. Volvemos y falta más o menos una hora más para bailar. Primera coreografía: 2 a.m. Última coreografía: 4.30 a.m. AGOTADOR! Todos los bailarines agotados. Gente tomando speed sin parar. Mucho cansancio. Pero mucho. Y sin embargo, la danza prevalece por sobre todas las cosas. Las chicas se peinan igual, se maquillan igual, entran en calor igual, se visten y ordenan todo el vestuario metódicamente. Y esperan. Y sonríen. Y nos hacemos chistes y mantenemos conversaciones altamente incoherentes y triviales con el sólo objetivo de mantenernos despiertas. Y salen a bailar. Y vuelven y esperan de nuevo. Y nuevamente al escenario, y así durante dos horas y media y cinco coreografías. Y bailaron hermoso. Y no pierden el foco. Aunque muchas veces parece que sí y surgen cosas en el medio porque son humanas y pasan muchas horas juntas, a la hora de salir a bailar todo desaparece y el foco vuelve a estar donde tiene que estar: en la danza. Y además de bailar hermoso, todas las coreografías tuvieron menciones especiales. Una vez más, vuelvo a decirlo, me da profundo placer y orgullo haber elegido y confiado en este grupo de seres humanos geniales que la reman en cualquier situación y se las bancan todas y a la hora de bailar: bailan.
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